“Mañana lo hago” “me siento cansado” “cuando me sienta mejor lo haré” “es muy difícil” “no sé por donde empezar” ¿Te suena de algo estás frases? ¿Te sientes identificad@? Esto es lo que realmente hacemos cuando dejamos o posponemos nuestras tareas, metas o responsabilidades, a esto se le llama procrastinar.
Muchas veces pensamos que cuando posponemos las cosas lo hacemos por cuestión de pereza, sin embargo, se ha comprobado que más bien tiene que ver con el manejo de nuestras emociones, es decir, la persona no sabe manejar o gestionar sus estados emocionales negativos relacionados con la tarea, bien sea porque es aburrida o requiere preparación para hacerla, por lo que se enfrenta a un desafío, una lucha interna se produce entre lo que desea tener a corto plazo (placer) y lo que se le está demandando hacer. Dilatamos cuando nos encontramos ante una tarea que carece de estructura, se puede decir que es un fracaso en nuestra auto-regulación.
La persona que procrastina experimenta sentimientos como frustración, miedo al fracaso, estancamiento, estrés, ansiedad, culpabilidad, vergüenza…que pueden alimentar decisiones impulsivas de abandonar las tareas. Muchas veces, toma la decisión de posponer aún siendo consciente de que ésta es negativa y que le lleva conductas que no promueven su bienestar, como hacer ejercicio con regularidad, una alimentación saludable, dormir lo suficiente, así como también, poder alcanzar las metas que se propone.
Al posponer se experimenta ansiedad o preocupación por lo que la falta de auto-regulación conduce a querer sentirnos mejor, es por ello que queremos darnos lo que nos apetece en ese momento como comer dulces, limpiar, compras compulsivas, ver la serie favorita…evadimos esos estados de ánimo negativos dándonos un gusto. Intentamos ir a lo seguro, por esto es que hacemos las tareas que nos proporcionen un beneficio a corto plazo, aun cuando sabemos que puede ser mayor el beneficio si se realiza la tarea que estamos postergando.
Esto se puede convertir en algo crónico, la tendencia que tenemos es que si somos recompensados por algo, realmente volveremos a repetir ese comportamiento, formado así un hábito, en este caso uno malo. Cedemos para sentirnos bien, muchas veces creemos que mañana o ese futuro incierto puede ser mejor, que tendremos más ánimo o fuerza para hacerlo, dando prioridad a que hoy gane mi estado de ánimo, la percepción que tenemos de nuestro futuro la percibimos como algo extraño y no como parte de nosotros mismos. Por ello, tenemos reacciones defensivas para proteger nuestro presente, olvidándonos que estamos frustrando nuestro futuro.
Estos consejos te ayudarán a dejar de procrastinar:
Dennis
Me parece un tema muy interesante, a veces nos sentimos desganados, y siempre dejando los planes para después, seguiré sus consejos y también los pondré en practica, gracias por compartirlo
Yasmín
Si, realmente es algo que tenemos que trabajar a diario para poder conseguir nuestros objetivos. Se puede 🙂
Gracias por tu comentario Dennis, ten un lindo día.
Alexandra
Me gusta mucho el post, que hayas hablado sobre la agilidad sobre todo, y como sobre cómo preferimos la gratificación inmediata y cedemos a nuestros impulsos, en vez de trabajar en el auto control. Muchas gracias por los consejos! ?
Yasmín
Gracias por tu comentario Alexandra, que tengas un lindo día.